Reflexión personal sobre la importancia de la voz en la comunicación y el papel de los maestros

La incomunicación es uno de los mayores problemas a los que se puede enfrontar una persona, sobre todo en el caso de las personas que la padecen y son conscientes de ello. En este caso nos referimos a la alteración de la voz que dificulta que haya una buena comunicación. Nos referimos a la disfonía, que según C. Arias es un trastorno que altera una o diversas características acústicas de la voz o cualquiera de las fases de la función de los elementos que intervienen en su producción, cuya finalidad es la expresión y comunicación verbal.

La voz es la herramienta fundamental que tenemos los humanos para comunicarnos y hace posible que nos podamos entender entre nosotros. Además, la voz también expresa o muestra nuestra personalidad, estados de ánimo… Por tanto, hay que cuidarla para comunicarnos sin sobreesfuerzo y disfrutar de nuestra propia voz. Dicho esto, a todas las personas se les debe facilitar toda la ayuda posible para que puedan acceder a la comunicación y, así conseguir una mejor integración social.

Los maestros tenemos que observar a los alumnos y si detectamos alguna anomalía en la voz hacer una adecuada y precoz identificación de las características y necesidades educativas que presenta, comunicarlo a las personas correspondientes para que lo valoren y elaboren una intervención logopédica lo más ajustada posible.

Para finalizar, diré que como docente, también es importante llevar a cabo reuniones periódicas con los familiares. En estas reuniones informaremos de la evolución de su hijo/a respecto al trastorno de la voz que presenta y le ofreceremos pautas para seguir en casa.

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