¿Por qué olvidamos enseñar cuando se trata de comportamiento?

En muchas ocasiones, me he cruzado en mis clases con niños/as con mala conducta, desmotivados o cansados del entrono escolar y las exigencias del mismo. Esto se refleja en una conducta disruptiva en el aula y una tediosa tarea en casa (cargando de tensión el ambiente de aprendizaje).

Recuerdo una charla que nos dieron sobre cómo corregir el mal comportamiento en menores de 7-8 años, la experta comentaba que estamos habituados a explicar los conceptos matemáticos, por ejemplo, porque entendemos que el niño/a debe aprenderlos poco a poco y vamos guiándoles en el camino de las sumas, restas, divisiones y multiplicaciones... Pero ¿Qué ocurre ante una mala conducta? Únicamente se les castiga. No se les enseña otra vía de actuación positiva mediante la cual puedan aprender a comportarse de manera adecuada. Se les dice verbalmente lo que uno espera (siendo adulto, con palabras complejas e ideas poco explicitas) creyendo haber cumplido con la obligación de enseñar "modales" o "buenos comportamientos".

Es importante mostrar las rutas alternativas de comportamiento, centrarnos en la psicología positiva y reforzar aquello que vayan haciendo bien, en vez de que predomine el castigo de lo malo. El aprendizaje del comportamiento es en un principio ensayo-error y está basado en la observación. Posteriormente pasa a ser consciente, por lo que si no se corrige en edades tempranas, tendremos alumnos de entre 8-10 años que piensen que ese es el único camino posible para conseguir aquello que desean.

Es más cuando entran en ese círculo de comportamiento negativo ("pasotismo" en edades algo más maduras) se le atribuyen etiquetas negativas que tienden a interiorizar. Rompiendo con estas etiquetas, dándoles seguridad y confianza, los menores pueden recuperar una parte de su autoestima que les haga querer trabajar de nuevo en el aula y demostrar al resto que no son "niños/as vagos", "balas perdidas", "insoportables" "niños/as con los que trabajar es un infierno"...etc. (Porque por duro que suene, he escuchado estos comentarios en entornos de padres, donde los niños están presentes y este tipo de verbalizaciones pueden ser muy dañinas para los más pequeños).

Probemos a corregir la conducta desde la acción y no pasivamente, probemos a motivar al niño/a a alcanzar metas y objetivos, a que se esfuercen para conseguir aquello que desean, probemos a enseñarles el camino de las recompensas merecidas por buena conducta y a dejar un poco de lado todo lo malo. Probemos a tener en cuenta que en el colegio están muchas horas sentados, atendiendo y no olvidemos que son niños/as y deben correr, gritar y gastar energía por lo que antes de ponerse a trabajar es necesario gastar todo lo acumulado en el aula, probemos a hacer de la enseñanza en casa algo lúdico y divertido, que aprender a sumar es mas divertido si después se puede colorear por números, que aprender la prehistoria es mejor si se representa por etapas, que los planetas no cuesta nada hacerlos con bolas de poliespan, etc.

Porque no debemos olvidar que el desarrollo intelectual del niño/a se verá tremendamente afectado por su comportamiento y a su vez por el de los adultos que les rodean.

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