Es muy frecuente encontrarnos con padres y madres que continuamente se gastan cantidades ingentes de dinero para comprar regalos con los que premiar a sus hijos por sus buenas notas. ¿Qué estamos premiando? ¿Esfuerzo o calificaciones?
Para muchos de nuestros pequeños y pequeñas superar el curso les supone un grandísimo esfuerzo. Muchos de ellos cargan con problemas, sean del tipo que sean y les sobrepasan. Sacar buenas notas no siempre es fácil, no todos los niños y niñas tienen las mismas capacidades, así que afrontar un examen o el final del trimestre o del curso les supone mucho estrés.
Además, hay padres y madres que exigen demasiado a sus hijos y esperan calificaciones más altas de las que pueden conseguir. En ocasiones si no llegan a lo esperado, comienzan las desilusiones, los castigos, las amenazas y los problemas. Con esto, disminuye su autoestima, ya que todo su esfuerzo se ve convertido en cenizas tras no llegar a lo esperado. Pero si sacan buenas notas, muchas veces obtienen premios tan altos que incluso parecen desproporcionados.
¿No cuenta el esfuerzo y el empeño que ponen cada día?
¿Por qué no premiamos el esfuerzo y dejamos a un lado las calificaciones?¿Qué pasa que el alumnado que por sus capacidades intelectuales no alcance buenos objetivos no merece ser premiado? ¿Suponemos que no ha hecho esfuerzos?
Tenemos que aprender a no medir a todos los alumnos con la misma "regla". Habrá alumnos que sobresalgan en algunas materias más que en otras y otras veces a pesar del enorme esfuerzo no consigan llegar a la meta.
La clave está ahí, si premiamos el esfuerzo conseguiremos que nunca se rindan, que sigan esforzandose por conseguir su objetivo. Y su autoestima irá creciendo y seguro al final conseguirán lo que se proponen.
Otra cuestion es ¿Por qué premiamos con algo material?¿Por qué no premiar con un dia familiar? ¿Ver una película con ellos? ¿salir al parque más rato o jugar a un juego que les encante?
Dedicarles tiempo es el mejor regalo que se les puede hacer. Somos nosotros los que hemos enseñado a premiar con lo material en vez de premiar con cariño, atención, dedicación... Es cierto que la falta de tiempo nos empuja a llegar a lo mas práctico pero...¿Es lo práctico lo mejor? ¿Por qué no premiar con nuestro esfuerzo ( el esfuerzo de sacar un rato para ellos) el esfuerzo que ellos han hecho durante el curso?
Debemos replantear qué estamos haciendo y qué lograremos si seguimos actuando bajo las bases del materialismo.