Como profesional, entiendo que el aprendizaje de la Historia se relaciona al tedio y a la lectura.

Mis clases buscan que quienes aprendan lo hagan disfrutando las temáticas a trabajar al incorporar anécdotas, imágenes y videos que atraigan su atención al mismo tiempo que cumplan con los objetivos que se han propuesto.

Para ello siempre intento tener una conversación franca respecto a las expectativas de la clase y a explicitar qué haremos, cuánto tiempo nos tomará y qué resultados podemos esperar.

No soy fanático de las clases demasiado extensas. Las ideas centrales pueden trabajarse en el tiempo justo y necesario, y reutilizar lo ganado en actividades que permiten recordar, entender y aplicar estas ideas. Así me aseguro que, a fin de cuentas, han aprendido.

Confío en el trabajo autónomo, por eso preparo material que puede trabajarse fuera del horario y en distintos formatos y modalidades, pues a veces pensar requiere ver, escuchar, investigar o hacer, y existen recursos y métodos para lograr todo ello.

Soy flexible en el método de trabajo pero exigente en cumplir los objetivos propuestos. Pienso en rutas de progresión para los estudiantes con dificultades y proyectos de extensión para los que pueden rendir un poco más.

En definitiva, enseñar y que otros aprendan Historia y el resto de las Ciencias Sociales es algo que me agrada hacer, y lo demuestro en mi trabajo previo, en la interacción in vivo, al evaluar y al entregar retroalimentación valiosa para mis estudiantes.
Es una invitación a que trabajemos juntos.