Gracias, catequista, por responder a la
llamada gratuita de Dios que te
constituyó en educador/a de la fe de tus
hermanos.
? Gracias, catequista, porque con tu
alegría, disponibilidad, amor y paciencia
me ayudas a descubrir la presencia
amorosa de Jesús.
? Gracias, catequista, porque con tu vida
sencilla y comprometida me enseñas que
el cristianismo vivido al servicio de los
hermanos es fuente de felicidad.
? Gracias, catequista, porque a través del
estudio asiduo de la Palabra y de la
doctrina de la Iglesia has sido luz en mi
vida.
? Gracias, catequista, porque lo que me
enseñas no es sólo el fruto del estudio de
la doctrina de la Iglesia sino, sobre
todo, tu simple y bella experiencia de fe.
? Gracias, catequista, porque me
anunciaste a Jesús con las palabras, y
también con los gestos, la mirada y el
silencio.
? Gracias, catequista, porque me
enseñaste a percibir a Dios como Padre y me enseñaste a dirigirme a él como
un/a hij0/a.
? Gracias, catequista, porq