Creo que la mejor manera de enseñar es creando experiencias de aprendizaje en los estudiantes para que sean ellos quienes construyan su propio conocimiento. De poco sirve memorizar para aprobar un examen, dado que ese conocimiento se va pronto. Resulta mucho mejor reflexionar, analizar y proponer; y es eso lo que yo busco incentivar en los equipos con los que trabajo.
Primero, busco causar curiosidad, incertidumbre y por tanto, interés en los temas, pues esto hace que los estudiantes quieran saber más y no solo por que uno se los pida.
Después vínculo las temáticas con casos reales, aplicables a lo que ellos conocen en distintos ámbitos de su vida y así vean dónde lo podrán aplicar.
Después deben practicar, practicar y practicar. A través de diversos ejercicios y actividades para ir adquiriendo cada tema a través del ensayo-error.
Y por último, hago que lo apliquen en casos prácticos, simuladores o presentaciones vivenciales, en los que pondrán a prueba si realmente tienen, no solo el conocimiento, sino la habilidad para construir soluciones a determinadas problemáticas.
Todos los profesionales o quienes aspiramos a ser profesionales, somos o seremos contratados por empresas y empleadores para hacer dos cosas:
Solucionar problemas y tomar decisiones.
Considero muy importante preparar a los estudiantes para hacer lo mejor posible ambas, con responsabilidad, con buena actitud, con paciencia y tolerancia, con orden y sin perder de vista sus valores. No debemos olvidar que somos formadores de personas, de futuros profesionales, no solo relatores o facilitadores de información.