Gracias a Facundo pude (puedo, estoy pudiendo) tocar la guitarra, cantar las canciones que amo, compartir la música. Sin tener (yo) talento ni destreza alguna, Facu me ha animado, inspirado, enseñado y los resultados de estos ¿dos? años son todo lo bueno que se puede. Serían mucho mejores si yo practicara y le dedicara algo más de tiempo. Facu es cálido, claro, afectivo, y confía en mí mucho más que yo mismo. Hasta me animé a un par de "recitales" caseros que me dieron mucha felicidad. Lo recomiendo muchísimo. Dificultad extra: soy zurdo. Y logramos resolverlo y trabajar muy bien. Para mí la guitarra era una asignatura pendiente. Intentado y abandonado un par de veces, habiendo "olvidado" todo, encontramos juntos un método de trabajo relajado que funciona muy bien. Tras este breve receso de verano y una lesión seria del hombro, estoy por volver a nuestras clases. Viva la música.