Hoy les quiero compartir algunas herramientas que me resultan muy útiles a la hora de sentarme a componer una nueva canción. Espero que les sirvan, y si se les ocurre o ya están usando alguna estrategia distinta, me encantaría conocer de qué se trata!
Supongamos que ya tenemos una base armónica que nos gusta o alguna melodía dando vueltas en nuestra cabeza, pero no sabemos qué palabras van con esa canción, o que ya tenemos algunas estrofas escritas pero sentimos que le falta vuelo o que algo está inconexo. Bien, para resolver esto está bueno clarificar el concepto sobre el cual queremos hablar. Sea la nostalgia, la esperanza, la ira o el deseo, saber cuál es esa sensación general que queremos transmitir nos ayudará como guía para encontrar las palabras.
Otro punto muy importante es: ¡evitar los lugares comunes! Ya hay infinitas canciones con frases hechas como "estoy perdiendo la cabeza", "no soy nada sin ti", "me muero de amor", "me hundí en un mar de dudas", "tengo el corazón roto", y un largo etcétera. Lo interesante aparece cuando podemos decir lo mismo con una expresión original y auténtica. Eso necesariamente va a hacer que nuestra canción tenga un sello personal y no parezca salida de una fábrica de hacer letras.
Y aquí un pequeño consejo: si estamos hablando del miedo, por ejemplo, es mejor no decir esa palabra sino darla a entender. Cuanto menos explícito es el mensaje, más posibilidades hay de que nuestra canción sea poética y bella. Si hacemos lo posible por no ser súper obvios o reiterativos, vamos a ejercitar nuestra imaginación y la de nuestros oyentes. Es muy hermoso cuando una persona escucha tu canción y puede interpretar algo distinto de lo que imaginamos al escribir, porque a cada quien le resuena según su propia historia.
También hay que prestarle atención a la estructura de nuestra canción: ¿tiene estribillo?, ¿es una narración?, ¿hay un cambio armónico muy importante? Toda esta información nos sirve al momento de escribir una letra. Por ejemplo, si fuera una canción narrativa trataríamos de establecer una cronología entre una estrofa y otra, y si queremos desarrollar un concepto podríamos usar la anáfora (repetición de partes) para ir sumando capas e ideas, y si hay un cambio armónico o rítmico muy marcado sería bueno pensar en un cambio de intención o de fraseo para subrayar ese contraste.
¿Rima sí o rima no? En el último tiempo tanto la métrica de los versos como la necesidad de la rima fueron quedando cada vez más al margen. La realidad es que hay muchísimas canciones con una métrica irregular, casi sin rimas, donde todo el protagonismo lo tiene la sonoridad o el ritmo de las palabras. Esas decisiones son personales y también tienen que ver con el género para el que compongamos. No es lo mismo una balada pop que un trap. Lo único que diré al respecto es que rimar "día/vida", "amor/dolor", "suerte/muerte", ya está muy usado y es hora de que inventemos nuevas fórmulas.
Por último: estar abiertxs a la reescritura. A veces escribimos letras preciosas, llenas de contenido, que al cantarlas resultan difíciles porque tienen frases muy extensas o palabras difíciles de pronunciar. O de pronto la música cambió y sentimos que la letra ya no está en sintonía con lo que suena. O también, que aquella canción que escribimos hace años tiene un mensaje con el que ya no estamos de acuerdo. Bien, las canciones son flexibles, y siempre tenemos la posibilidad de retocar lo que hayamos escrito. No tiene nada de malo.
Escriban mucho. Lean poesía. Inventen historias. Imaginen personajes. Expresen sus ideas.
La música va a estar ahí para recibirles.
Mariu Serrano
Cantante, compositora e instrumentista argentina