Nuestros profes nos cuentan cómo será el nuevo curso

Sin duda esta es la vuelta al cole más extraña que hemos vivido hasta la fecha. Pero tenemos la inmensa confianza de que todo va a ir lo mejor posible. Sobre todo porque sabemos que los mejores profesores seguirán al pie del cañón.


Hace unos meses la Covid-19 provocó el confinamiento de millones de personas y por lo tanto el cierre de todas las escuelas y centros educativos. Pero esto no significó, ni mucho menos, el fin de las clases.


Los profesionales de la educación trabajaron muy duro e hicieron todo lo posible por trasladar las clases de toda la vida a un entorno digital. La formación online despuntó en todas las estadísticas y no tenemos ninguna duda de que ha llegado para quedarse.

¿Cómo serán las clases en el nuevo curso?


Estamos en buenas manos, no hay nada más seguro que un profesional de la educación que siente vocación por su trabajo. Los profesores son los primeros interesados en que nada de esto pare y que sus alumnos puedan seguir aprendiendo.


Por eso sabemos, que si son de forma presencial se tomarán todas las medidas de seguridad necesarias. Y si no se pudieran serán muchos los profesores que empezarán a dar las clases online.


Lo sabemos porque durante la parte más dura del confinamiento fueron muchos los que hicieron la transformación y están encantados con la experiencia. Hemos recopilado los testimonios de muchos de ellos. Estos son solo algunos de los más inspiradores.


Dani, profesor de inglés

Me llamo Dani tengo 31 años y llevo una década dedicándome a la enseñanza de inglés para todos los niveles.


Marzo fue un duro golpe para todos aquellos sueños que habían sido planeados para un mundo que de repente se desvaneció. Pertenezco a una cooperativa de profesores en Pamplona en la que trabajamos con el nombre de Tamtam Idiomas. Nosotros dos semanas antes del confinamiento nos dimos cuenta de que no íbamos a poder hacer aquello que más nos apasiona: dar clases presenciales y fue entonces cuando a con un virus pisándonos los talones montamos las clases online y el mismo 15 de marzo ya estábamos acompañando a nuestros alumnos como si en persona se tratase. Al principio no fue fácil, ya que la situación era nueva para todos. Sin embargo, durante tiempo que pasábamos con cada alumno de manera virtual nos devolvía a las aulas, al trato humano y a conocer más a aquellos que estaban detrás de una pantalla. Juntos aguantamos con decisión aquel mal trago.


Ahora nos toca volver a las aulas con la misma incertidumbre que nos sobrevino entonces, pero ahora somos más sabios y fuertes. Ahora sabemos que sea cual sea el reto vamos a seguir intentando ayudar a nuestros alumnos a conseguir sus metas. Vamos a seguir adelante cueste lo que cueste porque nada ni nadie va a poder con nosotros. Empezamos un curso lleno de preguntas, pero debemos buscar la fuerza para responderlas juntos.


Nos vemos en las aulas.

Dani

Empiece a dar clases particulares


Judith, profesora de refuerzo


Mi experiencia dando clases durante estos meses ha sido innovadora.

Durante un tiempo, solo respondía dudas por WhatsApp, ya que realmente, al estar dando las clases por Internet, no tenían exámenes ni necesitaban que alguien los apoyara de forma constante.

Durante el mes de marzo, y principios de abril, no di ninguna clase prácticamente. Pero a partir de mediados de abril, volví a dar clases, ayudando a gente para prepararse para la EBAU, y también a alumnos que tenían exámenes en breve. Tuve que tirar de una cámara y un micro, y apuntar con la cámara cada vez que quería escribir algo mientras explicaba.

Judith.

Vanesa, profesora de oposiciones


Mi nombre es Vanesa y soy preparadora de oposiciones a Justicia. Hasta el inicio del estado de alarma impartía clases presenciales. Pero a la semana siguiente de la declaración, todos mis alumnos pasaron a ser atendidos de forma online. Os adelanto que la experiencia ha sido muy buena, con mucho esfuerzo por mi parte, eso sí, pero las palabras de agradecimiento de mis alumnos han merecido la pena los miedos que sentí al principio de esta aventura. De hecho, son muchos los que me han dicho que prefieren quedarse con esta modalidad por el ahorro que les supone no tender que trasladarse físicamente a un sitio o poder acceder de forma limitada a algunos contenidos.


¿Y cómo he realizado esta transición? Enumero a continuación los elementos que configuran la preparación online


Las clases pasaron a impartirse por videollamada a través de la plataforma Teams. En ese sentido, lo único que cambiaba era el medio a través de la que se daba la clase porque yo seguí explicando sistemáticamente el temario, tema por tema y los alumnos podían interrumpir para preguntar dudas igual que lo hacían de forma presencial. Es cierto que hay que estar más pendiente de si algún alumno quiere interrumpir porque no siempre estás pendiente de las caritas de cada uno en la pantalla del ordenador, pero te acostumbras a la nueva dinámica.


Reforcé los contenidos con la elaboración de vídeos, explicando cuestiones especialmente difíciles.

En cuanto a la posibilidad de preguntar dudas durante la semana, en eso no implanté cambio alguno porque yo ya atendía, y atiendo, a mis alumnos de lunes a viernes por email o WhatsApp

Aunque para marzo ya tenía bastante avanzando la elaboración de un temario propio, le dí un empujón importante. Es un temario muy visual, a base de esquemas con dibujos y colores que transforman la ley en un contenido comprensible y fácil de memorizar. Y para la clase a distancia, también ha supuesto un importante activo: con unos esquemas tan estructurados y visuales, los alumnos no se pierden y se mantienen “atentos” durante más tiempo.

Encuentre su profesor ideal


Comencé a usar la plataforma de cuestionarios que proporciona Microsoft con más frecuencia que antes de la Covid. Es decir, antes, los alumnos hacían simulacros presenciales, los corregíamos y los comentábamos en clase. Ahora, al no poder hacer eso, todos los exámenes los cuelgo en la plataforma y puedo seguir controlando los resultados de todos mis alumnos.

Incrementé lo que era la atención personal. Me explico, siempre he estado pendiente de mis alumnos, mucho más allá de lo académico. Me preocupo por su ánimo, su salud, por las subidas y bajadas de que sufre el estado psicológico de un opositor. Pues bien, con el estado de alarma, todas las semanas he mandado WhatsApps a cada uno de mis alumnos para saber qué tal estaban, y para animarles a no decaer.


Con la distancia he visto que cobra mucha importancia insistir en la organización del estudio. La situación de muchos de mis alumnos cambió de la noche a la mañana, especialmente los que tenían hijos, con tener que combinar el teletrabajo con dar clases a sus hijos. Con estas personas tuve que reorganizarles el estudio buscando un objetivo realista que se adaptara a la nueva situación que tenían.


Todas las semanas les establecía los objetivos que tenían que alcanzar y les recordaba los objetivos a largo plazo. Al estar a distancia, perdían esa rutina de tener que acudir a clase, a someterse a mis preguntas sobre cómo habían llevado a la semana, por lo que me parecía importante reforzar la insistencia en la planificación.

Con la formación a distancia es importantísimo que cada alumno se sienta atendido, que sepa que estás ahí, que no son un número más, que te acuerdas de sus necesidades……y de sus necesidades de forma personalizada, que nada tiene que ver un opositor que no trabaja y tiene todo el día para estudiar con un padre de familia con dos niños a cargo y un trabajo de 8 horas.


En definitiva, aunque los primeros días las perspectivas de cambiar a una formación online me daban medio, los resultados han sido magníficos. Como profesora me siento cómoda porque mis alumnos están atendidos y cuidados, como lo han estado en los 20 años que llevo dando clase. Ha cambiado el medio, pero la ilusión que intento transmitir al dar clase y lo serio que me tomo mi profesión, no entiende de formatos físicos ni digitales. Sigue siendo el mismo.


Espero que os sirva el relato de mi experiencia.

Un saludo.





Pilar, profesora de inglés

Soy Pilar, preparo exámenes oficiales de inglés y os voy a contar un poco mi experiencia.


Si estáis leyendo esto, es porque estamos sanos y vivos. ¡Qué suerte! Es lo más importante Lo demás TIENE ARREGLO.


Cuando empezó el confinamiento, mis alumnos pasaron de presencial a online automáticamente. Hicimos pruebas durante el fin de semana para asegurarnos de que todos se sentían CÓMODOS usando Gmail o Skype. Algunos estaban acostumbrados ya por algún motivo y todo iba sobre ruedas. Con otros… Una pequeña odisea… Se sentían muy perdidos y tuve que guiarlos lo mejor que pude. Por suerte YO YA TENÍA EXPERIENCIA con alumnos online y no era difícil para mí.


Lo que sí fue difícil fue manejar la preocupación, la angustia… ¡Todos teníamos miedo! Pero sentía que, como profesora, no debía demostrarlo. Me lo guardé en lo más hondo y me dediqué a transmitir calma, tranquilidad, control… Sinceramente, el primer día creo que mi función fue más social que educativa. Siento que la gente necesitaba más saber que LA VIDA SEGUÍA, que seguíamos juntos, que seguían habiendo horarios y obligaciones; mucho más que si el tercer condicional va con “would+have+participio”. Si lloré después de mi última clase aquel primer día, mis alumnos no lo supieron, ni lo imaginaron…


Así, en realidad la dinámica de clase se dio sin problemas porque TODO EL MUNDO PUSO SU MEJOR CORAZÓN para que se diera. Noté mucha comprensión, paciencia y empatía por parte de todos. Más sonrisas al vernos por la pantalla que normalmente en persona. Por supuesto que una pantalla no puede sustituir el contacto humano (¡que se lo pregunten a los enamorados que tienen una relación a distancia!), pero ESTO AGUZA LA CREATIVIDAD.


Por Skype, como se puede compartir tu pantalla, podíamos seguir haciendo todo lo que ya hacíamos antes con el ordenador. ¡El smartphone es un gran aliado también! Particularmente divertido fue ver como algunos alumnos empezaban a poner fondos graciosos en sus pantallas. A uno además le dio por “convertirse en”/ “disfrazarse de” naranja parlante y resulta que así se concentraba más que cuando venía en persona. ¡SORPRESAS te da la vida!

Tal y como yo lo veo, si el AMOR es el mismo, los resultados serán los mismos (o muy parecidos)

Ánimo, suerte y salud para todos y que vuestros objetivos se cumplan en este nuevo curso.

Un gran abrazo,

Pilar.