Sartre: un existencialismo de la alteridad

La conciencia-en-sí se trata de los objetos como tal, en su totalidad. No se halla en el mundo, sino que es del mundo y existe en tanto que conciencia-para-algo, en tanto conciencia-de-mundo.

Por lo tanto, todo es en tanto intencionado; el yo se trata de una conciencia reflexiva que aprehende del afuera -de las experiencias que le aportan los objetos- y no de sí mismo.

La distinción entre conciencia-en-sí y conciencia-para-sí, da cuenta de una distancia entre el hombre y la realidad cuando éste se ve arrojado al mundo convirtiéndose así en pura posibilidad, puro proyecto que le obliga a ir hacia adelante.

La existencia precede a la esencia pero es la libertad la que hace posible la realización del hombre. Le da forma de legislador; contiene el destino en sí mismo. Mas, ante la imprevisibilidad de su propia libertad, siente angustia, la cual, en Sartre, toma el aspecto de náusea.

Sartre nos dice que el hombre está condenado a ser libre -y de no serlo- y que, es esa capacidad de destruirse lo que le produce el malestar. La continua amenaza hacia sí mismo que nace de sí mismo.

Ante la responsabilidad del hombre de ser con su hacer, de darle un sentido a su vida creando sus propios valores, el espíritu de seriedad disimula nuestra responsabilidad olvidando que el fin perseguido y la importancia que le damos dependen únicamente de nosotros y no de otros factores como la situación. El hombre se reviste de mala fe cuando se autoconvence de que las circunstancias le han obligado a escoger desprendiéndose así del peso de la responsabilidad. Se trata de una mentira de sí para sí. Es una mentira reflexiva que nace del yo.

El pensamiento de la alteridad en Sartre es definida como la caída original. En el momento en el que dejo de ser sólo conciencia para ser objeto, un cuerpo para otro sujeto que no soy yo, me siento en peligro ante una libertad ajena a la mía. Nos vemos obligados a relacionarnos con otros humanos, a intercambiar miradas que me obligan a tener en cuenta al otro en mis futuras decisiones.

La condición humana es pues la necesidad de estar en el mundo, de estar en él trabajando y de ser en él mortal entre otros seres que son como él.

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