A diario me encuentro con el mismo problema cuando empiezo con un nuevo alumno. Al hacerle una pregunta sencilla simplemente para ver cómo se desenvuelve con el idioma acaba yéndose por las ramas. De la pregunta original la respuesta acaba contando cosas que nada tienen que ver. Esto es debido a que el alumno quiere de forma automática demostrar su habilidad oral en inglés y siente ansiedad por “escupir” todo lo que sabe. Si a esto le añadimos que el alumno siente la necesidad de expresarse como si lo hiciera en su lengua materna obtenemos el caos y lo que era una pregunta sencilla y específica se acaba convirtiendo en un “rollo” que nada tiene que ver.
Cuando el alumno ha terminado de “soltar” todo lo que tenía dentro y le llevo por el viaje de las notas que he recogido de su respuesta suele alucinar de todo lo que ha dicho y de cómo lo ha dicho, las pausas que ha usado, las palabras que ha buscado en su diccionario mental y que por desgracia no ha encontrado, la frustración que ello ha supuesto por el manifiesto bloqueo, los giros sin sentido con tal de seguir hablando y el destino final que ha supuesto que la pregunta original acabara en la otra punta del globo.
Hay que tener en cuenta que el alumno no “piensa” en el segundo idioma como lo hace en su idioma materno salvo en casos avanzados de bilingüismo. En niveles menos avanzados el alumno oye la pregunta en inglés, traduce a español, piensa la respuesta en español y la traduce a inglés para dar su respuesta. Es un proceso estresante, sobre todo en una conversación normal donde la interacción es constante. La mente tiene que realizar un sobreesfuerzo simplemente para estar al “cabo de la calle” y a la mínima que se distrae pierde el hilo de la conversación. Esto se ve muy claramente en los ejercicios de “listening”. El alumno suele pedir silencio absoluto porque necesita esa concentración máxima para “escuchar” lo que dice la cinta. Cosa que no necesita cuando se trata de un “listening” en su idioma materno.
Mi SPEAK FAST METHOD actúa precisamente como un desestresante. Digamos que es una medicina perfecta para calmar la ansiedad que se siente al conversar en inglés.
El método aporta una estructura clara y precisa a la hora de hablar en inglés. La mente del alumno tiene en cuenta básicamente dos parámetros a la hora de expresarse en inglés: QUÉ decir y CÓMO decirlo. Yo no puedo como profesor influir en qué quiere decir el alumno porque hay tantas respuestas posibles como alumnos existen. Pero donde sí puedo ayudar activamente al alumno es en cómo decir las cosas. Le puedo proporcionar las herramientas adecuadas para “encajar” las palabras que desea transmitir en estructuras simples y básicas. El alumno es capaz de interiorizar mentalmente dichas estructuras ya que son muy sencillas y con la práctica del idioma dentro de dichas estructuras el alumno se va sintiendo cada vez más cómodo al usar el idioma. Sin prácticamente dase cuenta va evolucionando a través de las estructuras hasta que un día deja de usarlas activamente para terminar conversando de forma natural.
Como ya he dicho, esta “medicina” quita mucho estrés y ansiedad al alumno porque de repente solo tiene que pensar QUÉ quiere decir y encajarlo en la estructura que ya tiene interiorizada mentalmente. Es decir, ya no tiene que preocuparse en CÓMO decir las cosas.
De hecho, tengo alumnos que después del curso me han comentado que al sentirse perdidos ante una conversación en inglés solo han tenido que recurrir a las estructuras básicas aprendidas para relajarse, volver a coger confianza y encarrilar de nuevo la conversación. Tiene el mismo efecto que tomarse una aspirina cuando te duele la cabeza.
Este método, como su propio nombre indica (SPEAK FAST METHOD), se centra en que el alumno hable inglés y mejore su capacidad oral de forma rápida. Y es de forma rápida porque las estructuras son tan exageradamente simples que el alumno las interioriza mentalmente en un tiempo récord. Luego solo queda practicar con diversos temas e ir incorporando vocabulario de forma progresiva.