Muchos alumnos me han hecho siempre esta misma pregunta —profesor me gustaría cambiar de estilo de dibujo, hacerlo más suelto más moderno.
Así es que tuve que estudiar cómo fácilmente podría explicarles un proceso más bien rápido para cambiar sus hábitos hacia un nuevo estilo sin que ello supusiese un quebradero de cabeza y un desistimiento de cualquier otra técnica que diese en mis clases.
Lo tuve claro rápidamente, tenía que estructurar y analizar como mis alumnos podrían hacer el cambio y luego asimilarlo.
Lo primero fue observar a los que querían hacer algo nuevo, cuya técnica era bastante sujeta digámoslo así, preguntándome cómo podría yo hacerles que se lanzasen al nuevo estilo y que se reconociesen en ello.
Observé que la mayoría de ellos trabajaban en formatos pequeños, bien sea dibujo o bien sobre un papel no más grande del A3 usando acuarela o témperas indistintamente, el cambio de estilo exigía soltura y esos cuadernos DIN A5 o DIN A4/3 no era el soporte más idóneo para esto.
Estudié su pose, observé sus pinceles, el tamaño de su papel o soporte, y sobre estos puntos se producirían rápidamente los cambios pertinentes.
De la pose de estar sentados a la pose de pie, esta facilitaría la soltura de los movimientos de observación de lo pintado con constantes alejamientos de la distancia con la obra, y liberando todo el brazo de apoyos innecesarios para una nueva técnica. Al ejecutar la obra estando de pie se ahorrará mucho tiempo y nos dará una percepción de que vamos por buen camino, de que el trazo que en principio nos puede parecer anárquico e irregular veremos como va tomando carácter y notoriedad.
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Los pinceles eran más bien todos ellos de mango corto y la punta bastante pequeña entre un 7 y un 12, estos fueron cambiados por 18 con punta biselada y paletinas entre 15 y 20, e incluso el 30.
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El papel había que dejarlo de lado junto a los cuadernos y los formatos standard, esto por lo menos durante el primer ciclo de clase. Les indiqué que compraran al por mayor papel kraft, pasaron de un A4 a un 70 x100, el cambio fue muy positivo y radical.
He de decir que para iniciarse es importante limitar la paleta de color, siempre empiezo con ellos con muy pocos colores tres o cuatro no más, con esto se solucionan los problemas de contraste y se conseguirán unos efectos muy sobresalientes, y atrevidos.
Solo nos quedaría “el tema”, no podemos empezar con temas muy complicados, les aconsejaría o bien una figura sentada o un árbol, una barca o una cara, todos estos temas a pintar deberían de ocupar toda la superficie del papel, sea vertical o en horizontal. No me preocuparán los fondos, lo que quiero es la solución del objeto, el trazo impreso en el papel.
Con este método he conseguido que mis alumnos hayan ido progresivamente adquiriendo soltura, sintiéndose a gusto con la técnica de pintura que fueron aplicando sucesivamente en sus trabajos dejando atrás el relamido de la obra anterior.
Concluyendo:
1. Pinta de pie.
2. Cambia tus pinceles por paletinas del 14, 15, 18, 22, incluso 30.
3. Pasa a formatos más grandes de papel, que no te dé miedo, no deja de ser una superficie un poco más grande que la que tú estás utilizando.
4. Empieza por 3 colores, que no te falte si es papel kraft el blanco.
5. No te compliques con el tema, inicialmente busca temas que te sean amigables, no complicados, y que no te importe que te salgan mal al principio las primeras obras o incluso romper el papel.
Con esta técnica tan sencilla si la aplicas te aseguro que tu estilo cambiará, no te sentirás oprimido y en muy poco tiempo te moverás con soltura. Me ha gustado transmitiros mis técnicas y conocimientos, quedo a vuestra más entera disposición como profesor de arte y ya sabéis dónde podéis encontrarme.
José Grimalt (Profesor y tutor en arte)