Soy docente de emprendimiento y tecnología en un colegio privado de Bogotá. Deseo compartir con ustedes mi experiencia. Diciéndoles que si es importante que cuando suceden este tipo de eventos en las instituciones, exista ese apoyo por parte de la comunidad educativa.
Iniciando con los directivos para que ellos te asesoren y den lineamientos claros para el desarrollo de la actividad, docentes de todas las áreas y directores de grupo que orienten a los estudiantes (esto no significa que dirijan la actividad, ni tengan trabajo adicional), padres de familia y/o acudientes (acompañamiento) y terminando con estudiantes, así como familiares y amigos. Es indispensable, porque el proceso educativo es un constructo social. Solos podemos lograr metas, pero en equipo llegamos mucho más lejos.
El objetivo final de la actividad no fue obtener un lucro por la venta de productos o servicios, sino entender las dinámicas comerciales que ocurren al interior de las microempresas (ventas, publicidad, acuerdos de participación, división de ganancias, recuento de pérdidas, organización, entre otras) y observar como respondían ante las mismas.
En la actividad participaron desde el grado primero hasta noveno, tanto décimo como undécimo u once se convirtieron en apoyo logístico, esto porque los estudiantes de educación media no ven la cátedra de emprendimiento en sus clases. En otra feria empresarial en la que estuve presente si se involucraron todos los grupos. Se dispuso de un día de clases (saliendo más temprano en esa ocasión) para la organización, venta y desmonte de los puestos de los estudiantes que estaban con sus compañeros o con sus familiares.
Me siento muy agradecida con esta experiencia y espero que el próximo año sea mejor.