"No soy bueno en matemáticas" ¿qué hay detrás de esta frase?

A lo largo de mi experiencia como docente, he escuchado a mis alumnos decir tantas veces aquella frase que alguna vez a mis cortos 10 años también me dije a mi mismo cuando estaba a punto de jalar el curso "No soy bueno para las matemáticas".

Encuentre su profesor ideal

De esta manera y con una frase tan corta, intentaba explicar el porqué de mi bajo en rendimiento en esta materia. Fue entonces que ante este problema mis padres buscaron ayuda y me matricularon en unas clases de apoyo escolar con un profesor particular de matemáticas y fue entonces que despues de un par de clases me di cuenta que no era malo, tonto o flojo como pensaban mis compañeros e incluso mi profesor, sino que simplemente el método de "enseñanza estandar" que aplicaban en mi escuela no era el ideal para mí.

Todos tenemos una forma distinta de aprender matemáticas, es labor del maestro identificar las habilidades y destrezas de sus alumnos y guiarlos en el camino para hacer de esas habilidades y destrezas la mayor de sus virtudes.

¿En qué consiste el apoyo escolar y para qué sirve?
Las clases de apoyo escolares la forma de clases particulares más tradicional. Siempre han existido, desde que existe la educación...

Entenderan los padres que esta labor es casi imposible para un maestro que en su clase tiene 30 o más alumnos, es también por ello que el profesor se ve obligado a enseñar de una manera estandar y dejar a la "suerte" para el que entiende o no. Y es aquí donde radica la importancia de un tutor que empiece a trabajar con aquel alumno que presente dificultades; y ayudarlo a mejorar día a día con alegría, con dedicación y con vocación.

Así como lo hizo el profesor "Guido" conmigo. Y debe hacerlo a tiempo, antes que ese niño o adolescente se convierta ya en un hombre que entrado en años se repita a si mismo... "No soy bueno para las matemáticas"... Fueron 3 meses los que le tomó al profesor Guido en convertirme en el mejor de mi pequeña escuela, finalizado el tiempo y ya logrando el objetivo me dejó su última enseñanza... " Hijo, la matemática no es difícil, difícil es la vida".