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Aprender piano nos hace más inteligentes: la leyenda del «efecto Mozart»

¿Aprender piano nos haría inteligentes?

A lo largo de los años, se han realizado numerosos estudios que tienden a probar los beneficios de este instrumento de cuerdas percutidas sobre la salud, el bienestar y las capacidades intelectuales.

Además, si muestras un poco de curiosidad, te aseguramos de que encontrarás decenas de estudios en Internet.

Pero ¿habías oído hablar del «efecto Mozart»?

Recibe el nombre del genio absoluto del piano y de la música clásica, Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791), y hace referencia a una especie de fenómeno neuromusical… En 1993, el mundo científico, representado por Rauscher, Ky y Shaw, se apropió de la música clásica para explicar en la revista Nature aquello a lo que denominarían el «efecto Mozart».

Los tres científicos demostraron que varios estudiantes que participaron en su experimento, que consistía en escuchar una sonata de Mozart, consiguieron resolver mejor distintas tareas de orden espacio-temporal. Un efecto que desparecería al cabo de 10 minutos. Tocar el piano, y por añadidura las obras de Mozart, hizo que los estudiantes fueran más «inteligentes».

En 1997, se llevó a cabo un estudio similar con niños que demostró que las lecciones de música les permitían incrementar su «razonamiento espacial». Un año más tarde, se realizó otro experimento con ratas de laboratorio, a las que sometieron, durante su crecimiento, a las composiciones de Mozart; el resultado fue que fueran más eficaces en los laberintos.

Por lo tanto, nos podríamos plantear que tocar el piano y tocar las obras de Mozart, ¿permitiría incrementar la inteligencia?

La leyenda del «efecto Mozart» ha dado la vuelta al mundo desde entonces, convirtiéndose en una especie de mito. Sin embargo, hay que saber que los científicos han mostrado cierto escepticismo al respecto.

El estudio de Christopher Chabris da testimonio pues, en 1999, realizó 16 estudios sobre el fenómeno de la neurociencia. Entonces, concluyó que el efecto era demasiado débil para ser válido, lo que no impide que ciertas personas piensen que aprender a tocar el piano a través de Mozart les hace más inteligentes. Tal es la influencia de este efecto que en Florida, en las guarderías, tienen que poner las obras de Mozart en bucle y en el estado de Georgia, incluso se ha alentado a las madres a que hagan escuchar a sus pequeños a este compositor.

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