Para enseñar francés o cualquier otro idioma no necesitas ser perfecto, necesitas querer hacerlo. Hay muchos niveles en un idioma y seguro que a los primeros niveles puedes enseñarles algo. Lo más importante es saber quién eres y cómo vas a enseñar.
Existen muchos mitos sobre el profesor ideal: francés nativo al 100% y con el don de enseñar. Lamentablemente hay tantos franceses como piedras en un río, y muchos deciden ser economistas, jardineros, músicos o mecánicos. En realidad, hablar el idioma materno no significa saber enseñarlo.
Es cierto que el acento es muy importante y que debes tener un nivel de francés suficiente, al menos un nivel intermedio para poder enseñar a los niveles más básicos, pero hay que recordar que en un mismo país existen diversos acentos, regristros y personas que tienen una calidad del idioma muy diferente. ¿O es que todos hablan igual en tu país?
El aspecto esencial de un buen profesor no es ser nativo, sino saber transmitir el conocimiento y preparar clases de calidad. Actualmente hay nuevos métodos para la enseñanza de una lengua extranjera que fomentan el aprendizaje a través de la práctica y con un objetivo funcional.
Es decir, el idioma se enseña para ser usado. Por eso vale mucho la pena interesarse por el proyecto del alumno, por su edad y el uso que va a hacer del francés, para aportarle una enseñanza que le sirva rápido y bien para lo que necesita. Algunos de los alumnos sólo quieren aprender a presentarse, a comprar o a reservar un billete de tren.
Como ves, los casos son muy variados. Lo que te recomiendo es que revises tus conocimientos de francés, te hagas a la idea del nivel que puedes asumir para enseñar y te inscribas a clases particulares. ¡Tus primeros alumnos te contactarán pronto!